El Reglamento (UE) 2017/625 regula los controles y otras actividades oficiales realizadas con el fin de comprobar el cumplimiento de las normas para garantizar que los alimentos y los piensos sean seguros y saludables, asegurar un alto nivel de calidad en la cadena agroalimentaria y la protección de los intereses de las personas consumidoras.
El citado reglamento establece en su artículo 109 que los Estados miembros deben velar porque los controles oficiales sean efectuados por las autoridades competentes sobre la base de un plan de 5 años de duración, cuya elaboración y aplicación estarán coordinadas en todo su territorio.