La principal actividad del CICC la desarrollan las Unidades Analíticas que son el alma del laboratorio. Cada uno de los productos que podemos encontrar en nuestros comercios tiene cabida en una unidad analítica. Una vez asignados los productos a las unidades, en ellas se llevan a cabo los análisis y ensayos orientados a verificar su conformidad con las reglamentaciones técnico-sanitarias y las normas de calidad que los regulan, especialmente en los aspectos relacionados con la prevención del fraude, la seguridad de los productos y su adecuación al uso.
A todos los productos se les realizan una serie de determinaciones generales: verificación del etiquetado, comprobando que la composición responde fielmente a lo que describe la etiqueta, instrucciones de uso, advertencias y riesgos, contenido efectivo, etc., así como la adecuación del producto a su uso y la detección de adulteraciones o fraudes. Para completar los análisis en función del producto y la legislación a aplicar se realizan las determinaciones y ensayos pertinentes para dictaminar sobre su conformidad.
Dentro del CICC hay 20 Unidades Analíticas que están integradas en tres Servicios y ocho Secciones.