Un pueblo con más de mil años de historia

Los orígenes

El Pueblo Gitano, conocido como Rom, tiene sus orígenes en el noroeste de la India, en la región de Punyab y Sind. A lo largo del siglo XI, comenzaron su migración hacia Occidente, estableciéndose en distintas partes de Asia y Europa. Se trató de un proceso largo y en distintas oleadas, motivado por invasiones, conflictos y búsqueda de mejores condiciones de vida.

Llegada a la Península Ibérica

La presencia de este Pueblo en España está documentada desde 1425, cuando el rey Alfonso V de Aragón concedió un salvoconducto a Don Juan de Egipto Menor. Durante el siglo XV, la comunidad gitana fue recibida con curiosidad y, en algunos casos, con hospitalidad, recibiéndose como grupos de peregrinos. Sin embargo, con el tiempo, la sociedad comenzó a imponer restricciones sobre su modo de vida.

Siglos de persecución y resistencia

Desde finales del siglo XV, con la Pragmática de los Reyes Católicos en 1499, el Pueblo Gitano empezó a ser objeto de leyes represivas que buscaban su asimilación forzada o expulsión, llegando al punto del intento de genocidio. Se les prohibió hablar su lengua, practicar sus costumbres y moverse libremente. Durante los siglos XVI y XVIII, las normativas antigitanas se endurecieron, llegando al intento de exterminio con la prisión general de gitanos, ordenada por Real Orden de Fernando VI, el 30 de julio de 1749, también conocida como la Gran Redada, en la que miles de personas fueron encarceladas y separadas de sus familias solo por ser gitanas.

Siglo XX

En el siglo XX, la población gitana sufrió los estragos del Porrajmos o Samudaripen, el Holocausto Gitano a manos del ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial, cuantificando un total de 400.000 víctimas, y con su punto álgido en la madrugada del 2 de agosto de 1944, en la que, en solo una noche, fueron masacradas más de 3.000 víctimas gitanas en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. En España, el franquismo continuó con la persecución y discriminación. No fue hasta la llegada de la democracia que se empezaron a reconocer sus derechos, con la aprobación de la Constitución Española, impulsándose medidas para la inclusión social y la celebración de la identidad gitana-española.