
Juan de Egipto
Nosotros, Alfonso, a los nobles, amados y fieles gobernadores, jueces, vegueros, subvegueros, bailes, subbailes y demás oficiales y súbditos nuestros, así como a cualquier guardia de puertos y bienes vedados en cualquier parte de nuestros reinos y tierras, a quienes lleguen y sean presentadas estas cartas, o a sus lugartenientes, salud y afecto.
Dado que nuestro amado y devoto don Juan de Egipto Menor, con nuestra licencia, ha viajado a diversas partes y tiene intención de pasar por algunas regiones de nuestros reinos y tierras, y puesto que queremos que sea bien tratado y acogido, os ordenamos expresa y formalmente, bajo pena de nuestra ira e indignación, que dejéis ir, permanecer y transitar libremente al mencionado don Juan de Egipto y a quienes lo acompañen, junto con todas sus monturas, ropas, bienes, oro, plata, telas y cualquier otra pertenencia que lleven consigo, sin ponerles ningún impedimento, obstáculo o contradicción.
Les debéis proporcionar paso y escolta seguros si así lo solicitan mientras dure el presente salvoconducto, el cual queremos que tenga vigencia durante tres meses, contados de manera continua a partir de la fecha de este documento.
Dado en Zaragoza, bajo nuestro sello secreto, el día 12 de enero del año del nacimiento de Nuestro Señor de 1425.
Rey Alfonso